LO FAKE YA ACECHA AL NUEVO PAPA

 

LO FAKE YA ACECHA

AL NUEVO PAPA

Lillian Calm escribe: “Por muy bien intencionadas que sean esas máximas (aunque reconozco que tienen un ingrediente edulcorado) no se puede fabular con frases o acciones que no se han dicho o realizado, menos adjudicándoselas al Vicario de Cristo”.

Me imagino que son muy bien intencionados; además, escriben bien y quizás incluso los hay católicos devotos, pero por una razón que no me cabe en la cabeza han retomado la pluma para escribir textos sobre el Papa que no han sido escritos ni menos vividos por León XIV. Algunos hasta llegan a ser piezas literarias, pero no son VERDAD.

Ya Pilatos se inquietó con el tema. ¿Qué es la verdad?, le preguntó a Jesucristo.

 

Por muy bien intencionadas que sean esas máximas (aunque reconozco que tienen un ingrediente edulcorado) no se puede fabular con frases o acciones que no se han dicho o realizado, menos adjudicándoselas al Vicario de Cristo, aunque resulten muy bonitas y hagan suspirar a más de alguno.

Los pontífices han sido blanco de noticias falsas, de esas que ahora se sintetizan con el término fake y que abundan sobre todo en el imaginario virtual, no me explico bien con qué propósitos.

Fake news son solo eso: fake news o noticias falsas.

Hace unos diez años escribí una columna sobre este mismo tema. Entonces se había publicado en italiano el libro   Fake Popele falze notizie su papa Francesco, de los periodistas Nello Scavo y Roberto Beretta, ambos del periódico Avvenir. Creo recordar que llegaban a unas cien noticias falsas.

Pienso que aún no se ha inventado material suficiente para publicar un libro similar, fake por supuesto, relativo a León XIV, pero vamos en camino.

He recibido varios WhatsApps muy bien redactados que hacen suspirar por su contenido. Me he esmerado en buscar su fuente, como debe hacerse con todo escrito, pero… nada. Que dijo, que fue, que se reunió con la Guardia Suiza… Sigo buscando. Diría que ello se ha convertido casi en mi entretención preferida, buscar y buscar, pero resulta angustiante no encontrar y comprobar el grado de falsedad al que se ha llegado a través de las redes sociales.

Y cuando uno le advierte a un tercero la falsedad, obtiene como respuesta: Pero es lindo… No importa que se diga que es del Papa y no lo sea… Hace bien. Como si la VERDAD no importara e incluso fuera superflua.

Así sucedió también con otros pontífices. Recuerdo una frase en particular que se le atribuía al Papa Francisco, pero curiosamente se le colgó en su momento también a sus antecesores. Habrían escrito Necesitamos santos con jeans y zapatillas. Y muchos al leerlo… suspiraban.

Incluso se llegó a anunciar la agonía y presunta muerte de Benedicto XVI. Fue su secretario personal, Georg Gänswein, quien salió de inmediato a desmentir esa frase que se le había atribuido a él mismo:  El Papa Benedicto es como una vela que se desvanece lentamente. Está sereno, en paz con Dios, consigo mismo y el mundo. Él ya no puede caminar sin ayuda y ya no puede celebrar Misa.

Respondió monseñor Georg Gänswein: La frase que han puesto en mi boca es pura invención. ¡Es falsa y equivocada! Quisiera saber quién es su autor.

Otra barbaridad que volvió a circular durante el reciente período de sede vacante fue el ya manido fotoshop que reúne en una sola imagen a tres Papas: Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco.

Incluso el flemático The Times de Londres cayó y la publicó tiempo atrás como auténtica, y el portal ACI Prensa tuvo que aclarar: La foto en cuestión –en blanco y negro- habría sido tomada en la década de los ‘80 y en ella no figura el entonces sacerdote Jorge Bergoglio. El tercer personaje es el Cardenal Edouard Gagnon.

Pero luego se confirmó que no era Gagnon, prelado canadiense, sino que el rostro gráficamente amputado donde se colocó el de Jorge Mario Bergoglio pertenecía al cardenal Luigi Dadaglio, quien fuera nuncio en Venezuela y España, y murió en 1990. Como consignó en su momento Religión en Libertad, la foto original (la que luego sería trucada) se encuentra en los archivos de la agencia Associated Presssu autor fue Massimo Sambucetti y está tomada el 20 de diciembre de 1985 durante la felicitación de Navidad de Juan Pablo II a los cardenales en la Sala Clementina del Vaticano. Luego el mismo sitio explicaba: En esa época, Jorge Mario Bergoglio tenía 49 años y no era obispo (fue consagrado como auxiliar de Buenos Aires en 1992) ni cardenal (fue designado para la púrpura en 2001).

Esa imagen se ha seguido difundiendo, a pesar de todo, con la siguiente lectura: En una fotografía única, los últimos tres Papas de nuestra Iglesia. Emociona verlos juntos. Ellos lo ignoraban. ¡¡¡Dios ya lo sabía!!! Muy pocos la han recibido. Disfrútenla!

Como decía, volví a recibirla hace apenas unos días.

Lo alarmante es que ya son demasiados los que se creen los cuentos. Así circulan frases supuestas de la Madre Teresa de Calculta y de tantos otros que jamás las pronunciaron, y que se distribuyen por Facebook, Instagram, WhatsApp, X o lo que sea, sin mayor registro de una fuente segura. 

Se sigue al rebaño sin verificar si se trata del rebaño propio y sin cerciorarse de hacia dónde se dirige.

 

Lillian Calm

Periodista

22-05-2025

 

 BLOG: www.lilliancalm.com

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