DESDE ABITINA AL CHILE DE HOY
Lillian Calm escribe: “Quienes determinaron un aforo de cinco personas para asistir a misa (a diferencia de esos choclones que se aglomeran en ferias, supermercados, buses y metro, por poner solo algunos ejemplos), sin duda tienen que haber conocido la importancia que esta tiene para un católico. Incluso he llegado a pensar que porque lo saben han actuado como han actuado y, de paso, han tenido buen cuidado en burlar sutilmente fallos de la Corte Suprema”. No sé si mi razonamiento será algo errado, pero pienso que hace muy poco, cuando aún gozábamos de plena1º libertad de culto en Chile, algunas mentes sectarias deben haber fraguado cómo cercenarlo. Y lo lograron. Quienes determinaron un aforo de cinco personas para asistir a misa (a diferencia de esos choclones que se aglomeran en ferias, supermercados, buses y metro, por poner solo algunos ejemplos), sin duda tienen que haber conocido la importancia que esta tiene para un católico. Incluso he llegado a pensar que porque lo sabe...