TODOS SÍ, PERO “TODES”… JAMÁS
Lillian Calm escribe: “…si no hubiera que respetar a quienes ejercen autoridad (aunque su autoridad sea tan limitada como puede llegar a serlo redactar una nueva Constitución y punto), concluiría que los señores convencionales constituyentes han caído en una aberración idiomática (aclaro que en esta columna estoy hablando solamente del idioma y por eso no me detengo en sus otras sucesivas aberraciones, como por ejemplo ignorar nuestra Canción Nacional)”. No creo que don Henri Nestlé, boticario suizo nacido en Alemania en 1814 y fundador de la empresa Nestlé, pudiera comprender jamás, de asomarse a nuestro singular mundo de hoy, que a uno de sus productos más tradicionales pero que él ni siquiera alcanzó a conocer, la tan mentada y saboreada Negrita , se le cambiara su denominación de fábrica por una razón más inentendible aún. En todo caso el propio nombre del boticario también sufrió una mutación: de Heinrich a Henri… pero seguramente fue por una razón más comprensible de ...