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Mostrando entradas de abril, 2022

AD PORTAS DE LA EUTANASIA

  Lillian Calm escribe: “ Quien firma esta carta entiende de la materia, pues es miembro del Centro de Bioética de la Pontificia Universidad Católica. Su texto fue motivado por un nuevo capítulo protagonizado por la Convención Constituyente, pero esta vez no se trata del medio ambiente, ni de los animales, ni de la propiedad, ni del Poder Legislativo, ni de las facultades del Presidente de la República, ni tampoco de la edad de jubilación de los jueces. Se trata de la vida misma”. Brevísima pero a la vez contundente es la  Carta al Director  que la filósofa Alejandra Carrasco envió recientemente al diario  La Tercera . Pienso que así deberían ser siempre esas cartas -sea cual fuere el tema tratado-, en lo que con el tiempo se ha convertido en un verdadero género literario. Y esa síntesis viene a ser la antítesis de esos interminables y aburridos párrafos de los que algunos hacen gala, aunque el tema al que se refieran sea tan sensible como el del que ahora se trata: la eutanasia. Quien

LOS ANTECESORES DE BÁRBARA FIGUEROA

  Lillian Calm escribe: “… es sabido que las relaciones entre países limítrofes (y nuestra frontera con Argentina es, en el mundo, la tercera en longitud después de Estados Unidos y Canadá, y Rusia y Kazajistán) deben tratarse con guantes blancos. Guantes que sin duda a algunos les quedan mejor que a otros”. Quizás esta sea una columna cansadora. Reconozco que me agoté al escribirla y temo que incluso por ahí se me deslice alguna gaffe. Es cansadora porque no es sino una enumeración de nombres que a muchos parecerá interminable. Y ello porque tuve la curiosidad de rastrear a quienes fueron algunos de los antecesores de Bárbara Figueroa, ya sea como representantes o embajadores (el título da lo mismo) ante el Gobierno de Argentina. Reitero: al menos a algunos de ellos, ya que todos habría sido demasiado. Pero un alcance: es sabido que las relaciones entre países limítrofes (y nuestra frontera con Argentina es, en el mundo, la tercera en longitud después de Estados Unidos y Canadá, y Rus

TIEMPO PARA PENSAR; TIEMPO PARA REZAR

  Lillian Calm escribe: “Me quedo con algunos párrafos de ese capítulo sobre Europa en que, curiosamente o no tan curiosamente, me di de bruces con Chile, a pesar de que ni siquiera es mencionado. Y podemos comprobar cómo hace sentido la frase cuando cambiamos en forma imaginaria los vocablos y decimos  Chile  donde dice  Europa   . ”. Semana Santa. Fui incapaz, lo reconozco, de escribir una columna a ras de tierra. Es, aunque para muchos ya no lo parece, tiempo para pensar; tiempo para rezar. Y por eso tal vez me detengo aquí en una curiosa experiencia que me acaba de ocurrir. Hace apenas unos días decidí retomar un libro que leí hará un par de años:  Se hace tarde y anochece . Es una entrevista que el periodista francés Nicolas Diat le hace en poco más de cuatrocientas páginas al cardenal Robert Sarah, entonces prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Un paréntesis importante: el cardenal procede de una familia animista de Guinea y, como ta

CON ALGO DE DÉJÀ VU

  Lillian Calm escribe: “…una amiga, médico y de las muy profesionales, tras leer mi columna de la semana pasada me envió un correo muy breve en que me preguntaba: “¿Qué hubiera pasado si las madres de estos convencionales hubieran decidido abortar?”. No. No voy a volver atrás como si me hubiera quedado estancada en la columna de la semana pasada. La de hoy no es un  déjà vu , como suele decirse en elegante. Pero para introducir el tema no puedo sino echar una somera mirada hacia atrás. Hace siete días, y lo recordarán quienes hayan leído esas líneas, citaba un medio periodístico alemán, el  Deutsche Tagepost  , que se preguntaba de qué se hubiera privado a la humanidad si un Amadeus Mozart o un Johann Sebastian Bach, un Richard Wagner u Otto von Bismarck, un Freiherr von Stein, Franz Schubert, Carl Maria von Weber, Ludwig von Beethoven o Georg Friedrich Haendel hubieran sido condenados a no nacer. Como todo escrito periodístico debe tener al menos algún viso de actualidad, el tema se

LOS SACERDOTES TAMBIÉN TIENEN SU DÍA

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LOS SACERDOTES TAMBIÉN TIENEN SU DÍA Lillian Calm escribe: “Así sí como hay un Día de… todo lo habido y por haber hoy, Jueves Santo, es el día de los sacerdotes, tan vapuleados en los últimos años. Pero estas líneas, debo reconocer, no son para caer nuevamente en  el lugar común de vapulearlos, convertido casi en un  modus vivendi ”. No por un mero decreto o por simple capricho hoy es el día del sacerdote. Ellos también tienen su día. Y lo tienen porque es Jueves Santo. Así como hay un Día de… todo lo habido y por haber hoy, Jueves Santo, es el día de los sacerdotes, tan vapuleados en los últimos años. Pero estas líneas no son para caer nuevamente en  el lugar común de vapulearlos, convertido casi en un  modus vivendi . Son para responder -o para responderme-  una pregunta: ¿qué haríamos sin sacerdotes? ¿Qué pasaría si no hubiera un solo sacerdote sobre la Tierra? ¿Podríamos recibir a Jesucristo en la Comunión? Por supuesto que no. Y tanto, tantísimo más. Pero esto no lo digo solamente