BORIC Y SU TRETA DEL CELULAR

 

BORIC Y SU TRETA DEL CELULAR

Lillian Calm escribe: “Estas salidas son sus cuasi piñericosas, pero la diferencia es que unas eran espontáneas y estas, las del mandatario actual, no solo obedecen al trazado de un esquema previo sino que buscan un efecto político. De adhesión. Mientras el grueso del elector medio sabe por quien votar (y si se le pregunta, lo fundamenta), el elector a lo que venga, en cambio, suele fascinarse con estas locuciones extemporáneas en momentos insólitos”.

Súbitamente me acordé de Alexander Graham Bell, el inventor del teléfono. Según un viejo chiste la hazaña jamás se habría podido lograr si cuando el célebre científico llamó por primera vez…  hubiera sonado ocupado. Hasta ahí habría llegado todo: no se habría podido inventar el teléfono.

 Pero dejémonos de chistes tipo don Otto para enfrentar la cuasi política contingente.

Aunque, antes que nada, un paréntesis: hay quienes afirman que Graham Bell no fue el inventor del teléfono, sino el primero que lo patentó… y que el autor de la hazaña habría sido Antonio Meucci, un italiano radicado en Estados Unidos. Otros hablan de un señor Gray. En fin.

En todo caso ese tema por ahora me deja indiferente. No voy a hablar esta vez ni de Bell, ni de Meucci, ni tampoco de Gray, sino de Boric.

Lo que me preocupa es que en nuestro país, sumido en la pendiente del declive por la  violencia, la drogadicción y los asesinatos, el Primer Mandatario se dé tiempo para explicar que cambió de celular. Ahora usa uno sin Internet (tendrá otros ocho con Internet, pienso yo, aunque no tengo por qué no creerle).

Él dio una explicación y habló de una transición tecnológica, pero a mi juicio esto tiene una sola cara: cada vez que profundiza en temas pedestres (como este) sube mágicamente su popularidad. Es lo que le gusta  a la gente. Lo encuentran cercano, amigable, como uno más…

Y en un país en que también la educación va en declive, no es irrelevante pensar que los electores pensantes, de derechas o izquierdas, no constituyen la mayoría.

En cuanto a Boric, estas salidas son sus cuasi piñericosas, pero la diferencia está que unas eran espontáneas y estas, las del mandatario actual, no solo obedecen al trazado de un esquema previo, sino que buscan un efecto político. De adhesión. Mientras el grueso del elector medio sabe por quien votar (y si se le pregunta, lo fundamenta), el elector a lo que venga, en cambio, suele fascinarse con estas locuciones extemporáneas en momentos insólitos.

Siempre recuerdo lo sucedido con la ministra de Defensa Michelle Bachelet, quien debía ir de pie en el descapotable… Perdió durante unos segundos el equilibrio, cayó sentada en el asiento del automóvil y la encontraron tan simpática que la llevaron dos veces a La Moneda.

Los hechos inusitados gustan. Cómo no va a impresionar que nada menos que quien se tercia la banda presidencial hable de los efectos nocivos de la hiper conectividad digital de los smartphones y muestre un celular recién adquirido, sin conexión a Internet,  más encima en el Congreso Futuro.

Nadie va a olvidar este hecho heroico … tampoco las encuestas. Y menos lo olvidarán esos ministros a los que el mandatario les llamó la atención por estar mirando, durante ese acto, en forma constante su celular. Cómo estarán de aburridos, los pobres, de tener que oírlo una y otra vez.

 

Lillian Calm

Periodista

23-01-2025

 

 BLOG: www.lilliancalm.com

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