EL ONCE DEL ’73 SEGÚN GONZALO VIAL

 

EL ONCE DEL ’73

SEGÚN GONZALO VIAL

Lillian Calm escribe: “Me encontraba revisando, y por otros motivos, un viejo ejemplar del diario La Segunda (mejor dicho, un antiguo ejemplar) y me topé de bruces con una de esas, ¿por qué no?, imperecederas columnas del abogado, historiador y periodista Gonzalo Vial Correa. Sentí, y no exagero, un cierto escalofrío al leerla, a casi ya catorce años de la muerte de su autor. Ahí estaba el pasado, y también el presente y el futuro. Bajo el título Guerra Civil en 1973 escribió el 13 de octubre de 1998, media página de ese diario”.

Día a día se escribe y se oye más de un cuantuay sobre el 11 de septiembre de 1973. Un cincuentenario que, no me extrañaría, algunos querrán celebrar con desmanes y divisiones.

Allá lo que haga cada chileno con su libertad, pero siempre que esté informado. Con estas líneas pretendo colaborar con ello y pienso que la mejor manera es resaltar la clarividencia de un historiador que supo penetrar como pocos en nuestra esencia, desde las páginas de sus libros y desde sus columnas periodísticas.

Me encontraba revisando, y por otros motivos, un viejo ejemplar del diario La Segunda (mejor dicho, un antiguo ejemplar) y me topé de bruces con una de esas, ¿por qué no?, imperecederas columnas del abogado, historiador y periodista Gonzalo Vial Correa. Sentí, y no exagero, un cierto escalofrío al leerla, a casi ya catorce años de la muerte de su autor. Ahí estaban el pasado, y también el presente y el futuro.

Bajo el título Guerra Civil en 1973 escribió, el 13 de octubre de 1998, media página de ese diario. Destaco (no tengo otra opción) solo algunos párrafos:

  • Los apóstoles de la vía armada habían proclamado hallarse listos para el enfrentamiento. Dígalo el anuncio de los cien Vietnams en el Estadio Chile, nada menos que por el secretario general del Partido Socialista, el 9 de septiembre de 1973. Es absurdo sostener hoy que las Fuerzas Armadas debían haber prescindido entonces, por ser meras jactancias, de estas amenazas.
  • También es absurdo el argumento de que  las Fuerzas Armadas hubieran debido aguardar, para intervenir, que el choque fuera inminente. Al revés, nuestra gratitud hacia ellas deriva de que NO NOS DEJASEN CORRER EL PELIGRO DE GUERRA CIVIL. ¿Cómo? Sofocándolo a tiempo, antes de que la POSIBILIDAD se convirtiera en PROBABILIDAD.
  • Advirtamos, luego, que  cada día de demora en proceder, por parte de las Fuerzas Armadas, de hecho incrementaba aquella probabilidad.

Y continuaba:

- En efecto, las guerras civiles no son entre civiles; suponen la división de los uniformados. En Chile, especialmente la fractura del Ejército, la rama más numerosa y poderosa de estos.

Luego , tras hacer una referencia al general Carlos Prats, agregaba: 

- Recordemos adicionalmente que Prats fue sustituido por Pinochet y que –a 48 horas del golpe- los generales que lo preparaban no sabían si el nuevo comandante en Jefe apoyaría aquel o no; en la última eventualidad, habría guerra ciuvil”. Tras otros comentarios agrega: “Recordemos que la ultraizquierda, y principalmente el MIR, se pavoneaban de estar penetrando con su propaganda, de modo acelerado, la tropa y los suboficiales. Aquí tengo uno de los últimos ejemplares pre golpe del periódico mirista El Rebelde, y leo:

 

Soldado, no mueras por los patrones. Vive luchando junto al pueblo.

Soldado, desobedece a los oficiales que incitan al golpe.

 

Tras unas menciones al senador socialista Carlos Altamirano, en esos días secretario general del Partido Socialista, “el más importante de la UP, lo califica”, como asimismo a la temperatura imperante (“el clima de guerra civil”), termina:

-Y llegaremos a la conclusión anticipada, y que hoy genera un aparente escándalo: que las Fuerzas Armadas, sin correr grave riesgo de dividirse –dando paso a la guerra civil- no podían, el 11 de septiembre de 1973, esperar un minuto más para tomar el poder.

Esta columna, como ya mencioné, data de 1998, es decir, habían transcurrido veinticinco años desde 1973. Una pérdida invaluable que Gonzalo Vial ya no esté con nosotros para escribir en este cincuentenario. En todo caso no creo que hoy hubiera expresado nada muy diferente.

 

Lillian Calm

Periodista

22-06-2023

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