EL MISTERIO DEL QUESO AZUL

 

EL MISTERIO DEL QUESO AZUL

Lillian Calm escribe:  “Esta semana doña Elisa Loncón y, es más, vestida de Elisa Loncón, lo que denota historia y elegancia, reapareció en un panel sobre la libertad de prensa. Me preocupa, aunque es una opinión muy personal, observarla siempre como enojada, cada vez más alejada del prototipo del cual don Miguel (me refiero a Cervantes) se inspiró para su Dulcinea. Esta vez alegó y alegó en un rimbombante panel de nombre largo, muy largo”.

Debe ser un tanto agobiante no saber con qué llenar una columna semanal. A mí me sucede exactamente lo contrario. Es tanto el devenir (por llamarlo de alguna manera), que tengo que ir desechando tema tras tema para privilegiar los imponderables.

 

Esta semana doña Elisa Loncón y, es más, vestida de Elisa Loncón, lo que denota historia y elegancia, reapareció en un panel sobre la libertad de prensa. Me preocupa, aunque es una opinión muy personal, observarla siempre como enojada, cada vez más alejada del prototipo del cual don Miguel (me refiero a Cervantes) se inspiró para su Dulcinea.

 

Alegó y alegó en un rimbombante panel de nombre largo, muy largo ("Desinformación política y su impacto en las mujeres defensoras de los derechos medioambientales y de derechos humanos"), instancia organizada por la Unesco en el Día Mundial de la Libertad de Prensa. Loncón aseguró ser víctima de "la mas fuerte desinformación promovida por prensa sin pudor".

El pudor, sin duda, es un tema muy importante.

 

Doña Elisa es la misma que el 4 de julio de 2021 fue elegida presidenta de la fallida Convención Constitucional; la misma que en sus primeras palabras espetó: “Esta Convención transformará Chile”.

 

Al terminar la experiencia constituyente, Loncón (según ha trascendido) habría solicitado un año sabático remunerado a la Universidad de Santiago, a pesar de que los requisitos para tal distinción no eran los suyos: “seis años de servicios completos e ininterrumpidos en la Corporación”.

El caso escaló hasta la Corte de Apelaciones de Santiago, que solicitó a la Universidad de Santiago entregar los antecedentes académicos con el fin de fundamentar los requisitos para la  concesión de un año sabático remunerado.

Como esa  Casa de Estudios decidió no recurrir a la Corte Suprema, optó por publicar la información solicitada:

“Para ejercer este derecho  (el año sabático) se requiere no haber sido objeto de medidas disciplinarias durante los seis años anteriores ni haber desempeñado comisiones de servicio académicas o de estudios que en el mismo lapso y sumadas, sean iguales o superiores a un año. En estos casos el académico deberá completar otros seis años de servicios completos e ininterrumpidos antes de impetrar nuevamente la franquicia”.

 

Elisa alegó esta vez que esto “nunca debió haber sido una controversia…”.  No me voy a inmiscuir en el asunto del sabático de la Loncón. No es mi tema, mientras no se desentrañe primero quién pagó el queso azul, pregunta que debería ser el título de mi columna, pero mis profesores en Periodismo me conminaron a jamás titular con una  interrogación. Por eso opté por el misterio del queso azul.

 

El tema me ha inquietado desde esos días en que Loncón presidió la Convención Constitucional. Me impuse, entonces, de un WhatsApp que Rayén,  mano derecha de Loncón en esas circunstancias, envió a chefs gubernamentales al disponer el menú para la señora. Textual: 

Para mañana puede ser: pimentón relleno con verduras y queso azul. Carne al jugo con arroz. Pollo al horno con arroz. Miércoles puede ser: arroz saltado con pollo y salsa huancaína. Carne al jugo con puré. Pulpa de cerdo al horno con acompañamiento. Pollo al horno con acompañamiento. Jueves puede ser: Papas rellenas con espinaca. Costillar al horno con acompañamiento. Esto a través del primer proveedor. Y del proveedor de hoy (que pide disculpas por los envases, pero que mañana puede tener envases más grandes) están estas opciones: risotto champiñón o pollo con pimentón asado. Pastas del día con pomodoro o pesto. Pollo a la plancha con verduras salteadas o mix de ensaladas.

 

Todavía me pregunto, a pesar de estar en 2024, ¿quién costeó ese queso azul? Quizás será porque en estos días le acabo de pagar nuevamente mis impuestos al fisco que… estoy mucho más sensible.

 

Lillian Calm

Periodista

09-05-2024

 

 BLOG: www.lilliancalm.com

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