LA AUSENTE CRISTINA

 

LA AUSENTE CRISTINA

 
Lillian Calm escribe: “No suelo tratar temas internacionales en mis columnas, a pesar de que hace unos años esa era mi verdadera especialidad. Y esto más que nada porque creo que al chileno cada vez le interesa menos lo que ocurre más allá de sus propias fronteras. Simplemente, no lo lee. ¿Será que estamos tan mal que ya no tenemos interés en nuestro, por ahora, terrenal más allá?".

El mundo es redondo. Así me lo han asegurado desde siempre y casi desde que los peronistas comenzaron a gobernar la Argentina, poco antes de que yo naciera.

La política también es redonda. Una especie de nadie sabe para quien trabaja.

Recuerdo que el domingo, día de las elecciones generales trasandinas, hice un rápido recorrido por algunos medios informativos bonaerenses buscando quizás algunos indicios de los ya próximos resultados. Recién se cerraban las mesas y solo en la noche se conocerían los resultados del escrutinio.

Me llamó la atención leer, en La Nación de Buenos Aires, una columna de Héctor Guyot, editor jefe de uno de los suplementos de ese medio. Cuando aún no se vislumbraba el sorpresivo triunfo de Massa, cuando Milei era el seguro vencedor (para algunos, eso sí), cuando Patricia Bullrich pasaba a segunda vuelta (o ballotage, como se le llama, en términos franceses, al otro lado de la Cordillera) ,seguí leyendo… hasta terminar esa columna de Guyot.

Explicaba que mientras esperaba, temprano esa mañana, su turno para votar sintió de pronto que esa escena ya la había vivido. Acaso por el insidioso temor a la catástrofe con el que me había despertado, todo me hablaba de las elecciones de 2019, aquellas PASO (elecciones) en las que ocurrió lo imposible y que encaminaron al país al pantano en el que está hundido.

Luego comentó: Entonces pensé en ella, la gran ausente.

En ella. Ellas, pensé yo a mi vez, ya no hay muchas en Argentina. Evita murió. Isabel Perón, la bailarina y ex presidenta, a los 92 años vive aislada en su finca española. Ella solo puede ser Cristina, que según el autor de la columna  sabe que estas elecciones en las que todo es incertidumbre deparan al menos una certeza: su estrella se apaga, su tiempo ya fue. Pronto sabremos qué es lo que adviene.

Y con una visión que pocos tenían en esas horas previas, Guyot escribía: Es la gran artífice de estas elecciones en las que lo imposible corre con grandes chances de imponerse otra vez. Uno de los tres candidatos en danza es creación suya. Fue su socio en aquel regreso sin gloria que, como era previsible, acaba de la peor manera. El candidato en cuestión actúa como si fuera el colmo de la moderación (…) Y al otro candidato, el de la peluca, ¿no lo trajo ella también? Al menos preparó el terreno, hoy un páramo, para que le apareciera una réplica de signo contrario.

Me llamó la atención la visión de este periodista argentino, aunque no sé si se equivoca en que el tiempo de Cristina ya fue.

No suelo tratar temas internacionales en mis columnas, a pesar de que hace unos años esa era mi verdadera especialidad. Y esto más que nada porque creo que al chileno cada vez le interesa menos lo que ocurre más allá de sus propias fronteras. Simplemente, no lo lee.

¿Será que estamos tan mal que ya no tenemos interés en nuestro, por ahora, terrenal más allá? ¿Sabemos, por ejemplo, cuáles son los nombres de los tres presidentes fronterizos (por denominarlos de alguna manera) o tenemos que buscarlos en Google?

Sin embargo estas elecciones en Argentina han calado profundamente en la opinión pública nacional, distraída por las fundaciones de Revolución Democrática, por la exclusión de Chile como sede del futuro Mundial de Fútbol y, también, por seguir  los Panamericanos en casa. Y algo, tal vez,  por Ucrania y Medio Oriente.

Dentro del pesimismo que advierto entre mis amigos argentinos, en espera del ballotage, hay un punto a favor: el interés despertado en el chileno, no solo por lo que nos ocurre a nosotros, sino también a otros, en este caso el inesperado momentum trasandino.

 

Lillian Calm

Periodista

26-10-2023

 

 BLOG: www.lilliancalm.com

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