Un verdadero acierto es el que el mandatario haya subido a Camila Vallejo en la comitiva que lo acompaña en su viaje a China. Acierto para los comunistas.
La ministra secretaria general de Gobierno resurge, día tras día, como la candidata oculta (cada vez menos oculta) de Gabriel Boric y de la izquierda dura para las próximas presidenciales.
No suele ser frecuente que un vocero viaje en las giras presidenciales, pero… Camila ya está a bordo del avión. El pero es importante. En declaraciones nada mansas ella misma ha explicado que este es un gesto a China, ya que pertenece al comité político de ministros.
Sin embargo, y aquí afloran solo algunas de las interrogantes, ¿no será que esa inclusión responde a que se trata de una ministra del Partido Comunista, colectividad a la que el Presidente le hace -o le debe hacer- guiños constantemente?.
Es un hecho que ese partido, también constantemente, le exige a La Moneda compensaciones.
Se llegó a decir que Camila supervigilaría que el discurso de Gabriel Boric no fuera a ofender al Partido Comunista chino. Esto tiene su historia: se buscaban evitar que Su Excelencia se saliera de madre al hablar de derechos humanos en la gira, tras sus declaraciones al Washington Post: Voy a ir a China en octubre para una visita oficial. Va a ser mi primera vez. Lo que podemos exigir a todos es el respeto del derecho internacional y los derechos humanos. Esto se aplica a todos los países del mundo, incluida China.
Sonaba muy bien, hasta que el embajador de China en Chile, Niu Qingbao, habría manifestado, en una comida ofrecida en su casa a parlamentarios de diversas corrientes, que hay que cuidar el tono y que existen instancias formales como la ONU para plantear esas materias. Camila ya aclaró que en la gira no se hablará de derechos humanos.
Otros opinan que quizás Camila y el PC aseguren cierto control de medios durante la visita… para que nadie vaya a difundir noticias o comentarios que resulten incómodos para China (quizás llevando a la práctica el espíritu de la inefable Comisión Asesora contra la Información, obra de la ministra Vallejo).
Sin embargo hay otra razón que no puede desconocerse y no es precisamente política. También es importante impresionar a los chinos con las bellezas de Occidente. Camila arreglada o desarreglada marca pauta, pero eso no quita, pienso, que su materia gris sea muy semejante a la de un Luis Corvalán, un Volodia Teitelboim, una Gladys Marín o, no nos alejemos tanto, el recién fallecido Guillermo Teillier.
Camila le pone glamour al adusto binomio de la hoz y el martillo y, asimismo, glamour al otro binomio: los recién designados Lautaro Carmona y Bárbara Figueroa.
Camila ha sido portada de revistas (recuerdo una publicación italiana, de aquellos tiempos en que ella todavía desfilaba por las calles) y es, por todo esto, tal vez la persona que hoy día la algo aggiornada República Popular de China quisiera recibir.
Está bien que se haya defendido su cupo en el avión argumentando que se trata de un gesto al país anfitrión, ya que ella como ministra pertenece al comité político del Gobierno. Sí. Pero se omite el argumento más poderoso: que ella es de alma roja como rojos son los chinos.
Lillian Calm
Periodista
12-10-2023
BLOG: www.lilliancalm.com