MAGNICIDIO TELEVISIVO

 

MAGNICIDIO TELEVISIVO

 

Lillian Calm escribe: “Conocí y entrevisté en su momento, hace ya bastante más de cincuenta años, a quienes me parecieron dos fieles seguidores de Eduardo Frei Montalva que, paradójicamente ahora en este caso judicial, antes del reciente veredicto de la Suprema, eran implicados en su supuesto asesinato: los doctores Patricio Rojas y Patricio Silva”.

Entre tantos Whatsapps que se reciben me detuve especialmente en uno. Su remitente no solo es abogado, sino también una abogado inteligente, lo que no es lo mismo: María de los Ángeles Covarrubias.

 

Leo tal cual su Whatsapp:

Queridos amigos:

En mi calidad de consejera del Consejo Nacional de TV:
Quiero dejar bien en claro que con mi  voto en contra 
y el de otros cuatro consejeros, el CNTV acaba de premiar

en la categoría histórica la serie Magnicidio que se basa en el asesinato de Frei Montalva. ¡Es una vergüenza institucional! Se le dará 542 millones de pesos a un proyecto que desconoce sentencias de la Corte de Apelaciones de Santiago y de la Corte Suprema que, por unanimidad, establecieron que el ex Presidente Eduardo Frei Montalva NO fue asesinado, y que declara la INOCENCIA de los supuestos inculpados.
Saludos.

 

Me quedé perpleja.

El guión del caso ya lo conocemos, pero ahora también el desenlace si confiamos en el veredicto de la Corte Suprema (y, ¿qué autoridad nos iría quedando, a estas alturas, en el país, si no confiáramos en el máximo tribunal de justicia?).

El ex Presidente Eduardo Frei Montalva murió el 22 de enero de 1982 debido (leo) a un shock séptico por peritonitis aguda postoperatoria (según sentencias de 1a y 2a instancia). No habría existido el envenenamiento o el asesinato o el magnicidio del que acusan algunos miembros (no todos, por supuesto) de su familia.

Pero, ¿y ahora esta serie televisiva que se pretende costear con mis impuestos?

Conocí y entrevisté en su momento, hace ya bastante más de cincuenta años, a quienes me parecieron dos fieles seguidores de Eduardo Frei Montalva que, paradójicamente ahora en este caso judicial, antes del reciente veredicto de la Suprema, eran implicados en su supuesto asesinato: los doctores Patricio Rojas y Patricio Silva.

El doctor Patricio Rojas, quien murió el 27 de mayo de 2021, fue suspendido de su militancia en el Partido Demócrata Cristiano (su partido de toda una vida), se ha afirmado, porque se consideró que no había entregado antecedentes necesarios sobre el caso a la familia. Él tenía la convicción de que la muerte del ex mandatario se debió a causas médicas y que no había tal magnicidio.

El otro Patricio, el doctor Patricio Silva Garín, coronel de ejército en el área Sanidad, murió el 8 de mayo de 2019  condenado por el homicidio de Frei Montalva (operó de urgencia al ex mandatario por complicaciones derivadas de una operación anterior). No alcanzó a saber que sería absuelto por la Corte Suprema en agosto de 2023.

Curioso, pero a pesar de las décadas recuerdo que cuando los entrevisté me llamó la atención su profunda incondicionalidad hacia Frei Montalva.

Desordenadamente en mi archivo (que ni siquiera es archivo) encontré finalmente esas dos entrevistas a estos dos médicos que ocuparon altos cargos en el gobierno de Eduardo Frei Montalva. Son declaraciones sueltas que nada  aportan a este caso pues nada tienen que ver con el presente, pero que recordé desde que sus nombres comenzaron a ser puestos en jaque. O más que en jaque.

 

Patricio Rojas: su personaje más admirado

A uno lo entrevisté en 1967. Era un jovencísimo subsecretario de  Educación: Patricio Rojas Saavedra. “Un médico que opera en la reforma educacional”, titulé. Y entonces me comentó, con un dejo de humor, que sus pacientes lo seguían prefiriendo como médico, lo que él no sabía si considerar como lisonja o como crítica.

Casado, cinco hijos, tenía entonces 34 años.  Aún no vislumbraba que lo esperaban altos cargos públicos: ministro suplente de Educación, ministro del Interior siempre de Frei Montalva y, luego, ministro de Defensa bajo la administración Aylwin.

De especialidad internista había sido presidente de la FECh y había representado a la juventud chilena en  Perú, Argentina, Suecia, Unión Soviética, China Popular, Checoslovaquia, Alemania y Francia.

¿Los personajes que más admiraba?

Eduardo Frei Montalva e Indira Gandhi, me dijo.

Había sido consejero nacional del Partido Demócrata Cristiano y jefe de Planificación Educacional de la campaña presidencial del entonces mandatario. Incluso rechazó el cargo de subsecretario de la OEA para Asuntos de la Educación, la Ciencia y la Cultura para seguir trabajando en el programa educacional del gobierno de Frei Montalva.

Me explicó que su paso por la Federación de Estudiantes lo “condujo al estudio de los problemas educacionales que se debatían en la universidad. Ahí entré en contacto con el entonces rector Juan Gómez Millas al cual, sin duda alguna, le debo mi formación e interés por estas materias”.

También hablamos  de los diferentes niveles educacionales que ocupaban sus horas. Para descansar… la literatura: estaba leyendo a Faulkner y Manuel Rojas. Me advirtió que no le quedaba tiempo, entonces, para los libros de medicina que constituían una de sus más grandes pasiones.

Imbuido en su tarea por los jóvenes, a esa generación le asignaba una misión: que se integren progresivamente a la tarea de cambiar su país, de buscar un camino para dar solidez a una nueva sociedad en que los jóvenes, con su ejemplo de trabajo, responsabilidad y preparación puedan marcar muchos rumbos nuevos que hoy ni siquiera han imaginado.      

 

Patricio Silva: firmó el Acta del Tacna                                                               

Tres años después me pidieron entrevistar a otro incondicional de Frei Montalva, concuñado del anterior: Patricio Silva Garín, médico que llegaría a ser coronel de Sanidad. Entonces tenía el grado de mayor. Había sido subsecretario de salud Pública y, tras sucesivas  designaciones interinas de terceros, Frei Montalva lo había designado director del Servicio Nacional de Salud en carácter de definitivo.

Acababa de cumplir una misión de gran confianza en uno de los momentos más críticos de la administración Frei Montalva.

Como médico militar conocía a muchos de quienes en octubre e 1969 se habían acuartelado en el regimiento Tacna bajo el mando del general Roberto Viaux. Pedían mejoras salariales y profesionales para el Ejército. “Por iniciativa personal”, pero con plenos poderes como mediador presidencial, Patricio Silva había ido a conversar con Viaux para que depusiera su actitud y fue él quien  comenzó a redactar la llamada Acta del Tacna, que luego debió firmar en representación del Presidente de la República.

Se lee en el acuerdo: “Para constancia firman: Roberto Viaux Marambio, general de Brigada; Patricio Silva Garín, subsecretario de Salud”.


Ya en su nuevo cargo en el SNS razonó: “Se puede mejorar la relación médico-paciente si la institución entera tiene una mística, la que se ha perdido en parte por la  existencia de funcionarios públicos mal rentados y por una excesiva centralización”.

Su afición era leer sobre cirugía y temas de administración, y desde su nueva responsabilidad me comentó: “Me convencí de que el problema no es solo operar y hacerlo bien, sino que tener los elementos para hacerlo. En el Ejército no se puede hacer funcionar un cañón si a uno no se le proporcionan las municiones”.

 

Hoy, tras la sentencia definitiva, son las familias de estos dos médicos fallecidos las que levantan su voz por haber sido, ellos,  “injustamente acusados”. Y el Consejo Nacional de Televisión no solo llega placé con el tema. Sigue adelante con el oneroso financiamiento de la serie Magnicidio, con la plata o, más elegantemente, con los impuestos de todos nosotros, los chilenos. .

 

 

Lillian Calm

Periodista

21-09-2023

 

 BLOG: www.lilliancalm.com

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