No creo que las loas del Presidente de la República hayan sido muy reflexionadas. Simplemente se equivocó de libreto. Es el peligro que sufren demasiadas autoridades cuando deben encabezar una ceremonia tras otra.
Así, en el reciente Día de las Campesinas y Campesinos (muy justo, ya que ahora todo se celebra), Gabriel Boric homenajeó al casi centenario ex presidenciable, ex ministro de Agricultura y ex vice de INDAP, Jacques Chonchol.
Llegó a manifestarle, incluso ante la estupefacción de algunos asistentes, que cincuenta años después de la reforma agraria podrá haber gente que siga enojada contigo, pero hay muchos más que te admiramos y te agradecemos la tremenda pega que hiciste porque realmente cambió Chile (…) La reforma agraria cambió la estructura social en nuestra Patria y otorgó dignidad a quienes hoy recordamos. Por eso es necesario conmemorar esta historia.
Es entendible porque, en tiempos de Chonchol, Gabriel Boric ni siquiera había nacido, pero para entrar en materia hay dos libros que le convendría leer si le deja algo de tiempo la poesía: Reforma Agraria Chilena. Testimonios de sus protagonistas, de las historiadoras Ángela Cousiño Vicuña y María Angélica Ovalle Gana; y, más reciente, Nilahue, tierra fecunda, cuyo autor es el abogado Rodrigo de Alencar.
Busqué y encontré un viejo recorte con una entrevista que le hice hace más de medio siglo al propio Jacques Chonchol, en la que queda muy claro su pensamiento. En realidad me bastó oír las loas presidenciales para recordar, incluso, el lugar donde me reuní con él: era una oficina pequeña, situada en plena Alameda casi frente a la Casa Central de la Universidad Católica.
Hijo de un médico francés, al egresar del Instituto Nacional dudó entre Medicina o Agronomía:
- Finalmente me incliné por Agronomía. Los problemas del campo y las condiciones sociales en que vive la gente determinaron mi decisión, me explicó.
Tras estudiar Agronomía en las universidades de Chile y París, obtuvo un titulo en Ciencias Políticas en La Sorbona. Su curriculum vitae incluye dos años en Cuba, enviado por Naciones Unidas; vicepresidente de INDAP en tiempos de Frei padre y director del CEREN, Centro de Estudios de la Realidad Nacional de la Universidad Católica. Renunció al Partido Demócrata Cristiano -en 1945 había ingresado a la Falange- para constituir el MAPU que, cuando lo entrevisté (octubre de 1969) lo acababa de designar candidato a la Presidencia, candidatura que meses más tarde declinó para facilitar la nominación de Salvador Allende.
Con todo este bagaje Jacques Chonchol ostentó un papel protagónico en la Reforma Agraria no solo durante el Gobierno de Frei Montalva; fue ministro de Agricultura de Salvador Allende. Además llegaría a ser uno de los símbolos de los ideólogos de la vía no capitalista al desarrollo.
Aún recuerdo cómo recurrió, durante la conversación, continuamente a términos tan manidos como capitalistas y oligarquía económica. Hablamos del MIR ( creo que hay gente muy auténtica desde el punto de vista humano, me dijo); también de lo que consideraba una izquierda unida. Y de su familia. Pero me quedaré con la siguiente pregunta:
-De ser elegido, ¿aplicaría usted a la industria las mismas normas sobre expropiación de la actual reforma agraria?
- Dentro de la llamada industria en Chile hay que distinguir tres sectores: un primer sector, fundamental desde el punto de vista del desarrollo del país, por su gran importancia estratégica en la economía, tiene que ser controlado concretamente por el Estado como representante de la comunidad nacional, con formas de administración en que tengan una participación importante los trabajadores de esos sectores industriales.
Y siguió: - En segundo lugar hay otro sector de gran industria que a mi juicio debe ser socializado por el poder que da a los que lo poseen dentro de la vida económica, política y social de la nación. En tercer lugar, hay todo un sector de la pequeña y mediana industria que a mi juicio no tiene por qué ser tocado y que por el contrario debe ser ayudado por el Estado.
-En cuanto a los productos, inquirí…
- Lógicamente todos estos sectores tienen que actuar en el contexto de un plan de desarrollo de la nación en que tengan preferencia los productos que satisfagan las necesidades básicas de la gran mayoría de los chilenos. Es una inmoralidad nacional el que haya sectores destinados a producir bienes relativamente superfluos para pequeños sectores más ricos de la población, mientras el país no ha sido capaz de satisfacer las necesidades más básicas de las grandes mayorías.
No creo que la ideología de este ideologizado ideólogo amerite, en pleno siglo XXI, loa presidencial alguna. Pero como casi todo en la vida, es una cuestión de opiniones.
Lillian Calm
Periodista
10-08-2023
BLOG: www.lilliancalm.com
