Y NO FUE UN LAPSUS

 

Y NO FUE UN LAPSUS

 

Lillian Calm escribe: “No. No fue lapsus, ya que el mismo mandatario dijo que no era el mejor nombre en este momento. ¿Por qué entonces cae en esa informalidad? Democracia Viva, integrada por Revolución Democrática, es decir, por integrantes de la coalición oficialista, no es el mejor nombre en este momento (lo reconoce el Presidente) porque  ha protagonizado uno de los mayores escándalos del último tiempo”.

No se pueden calificar de simples chapuzas. Tampoco de trabajo mal hecho. O, ¿alguien cree todavía que el robo de computadores desde ese ministerio a cargo de Giorgio Jackson es solo un trabajo mal hecho? Y, sucesivamente, el de la Subsecretaría de las Culturas, nada menos que desde el emblemático Palacio Pereira…

¿No serán maquinaciones para distraernos?

La trama ya la conocemos de sobra: una noche se roban computadores y caja de fondo. Como por prestidigitación aparecen fácilmente los computadores, pero no la caja de fondo.

¿Cómo explicar la cascada de distracciones que nos brinda día a día el Gobierno de Boric y de sus adláteres?

Porque, digámoslo claro, la interrogante de la caja de fondo resultó ser solo la guinda tras una verdadera sucesión de irregularidades, muchas de las cuales se dieron en la gira presidencial que acaba de concluir en Europa. ¿El artífice? El propio mandatario. Y nos informamos de…

- la condecoración al juez pro Bolivia, Baltasar Garzón;

- la primicia anunciada paradójicamente desde más allá del Atlántico: el Presidente llama a todos los partidos políticos a firmar una declaración conjunta por los 50 años del golpe de Estado.

 - el agachar la cabeza ensalzando a Lula y aclarando que no se siente ofendido tras una pública reprimenda por parte del veterano Presidente de Brasil .

Cada día nos levantamos sorprendidos ante un nuevo disparate ( el disparate de hoy, podríamos titular), como si fuéramos un país carnavalesco y no una Nación republicana respaldada por siglos de historia.

Pero no quiero dejar fuera un tema que, si bien apareció en la prensa, prácticamente ha pasado inadvertido en medio de la inmensa maraña de (llamémoslas) equivocaciones.

Leo en El Mercurio que el Presidente Gabriel Boric dio una charla en la Sorbonne, lugar insigne que eligió para… relajarse, tanto que incluso habría señalado: “Cuando me empiezo a relajar ahí empiezan las cuñas problemáticas”.

La cuña de marras, la que a mí me descolocó al comprobar que no fue un lapsus, es aquella en que medio en broma y medio en serio (supongo) Boric improvisa y dice: “La solidaridad cuando se expresa institucionalmente  también es signo de una democracia viva. No es el mejor nombre en este momento, pero… de una democracia que late con fuerza”.

No. No fue lapsus, ya que el mismo mandatario dijo que no era el mejor nombre en este momento. ¿Por qué entonces cae en esa informalidad? Democracia Viva, integrada por Revolución Democrática, es decir, por integrantes de la coalición oficialista, no es el mejor nombre en este momento (lo reconoce el Presidente) porque  ha protagonizado uno de los mayores escándalos del último tiempo: el de los convenios y fundaciones, que están siendo investigados por la justicia.

No creo que el Presidente deba desplegar su humor al respecto (él mismo reconoce no es el mejor nombre en este momento). El tema es serio. ¿O es que el Gobierno no le ha tomado el peso a estas grandes desvergüenzas desatadas, en su mayoría desde el oficialismo (con alguna excepción), y  que se están repartiendo el erario nacional aportado por nosotros, los simples contribuyentes?

 

Lillian Calm

Periodista

27-07-2023

 

 BLOG: www.lilliancalm.com

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