FORJADORES DEL RECHAZO

 

Lillian Calm escribe: “No me detendré en los Rojas Vade ni en otros personajes menores porque a estas alturas ni siquiera vale la pena recordarlos, pero sí en el espectáculo pornográfico en horario infantil y en presencia de niños, auspiciado por el alcalde de Valparaíso Jorge Sharp. Este, si bien procuró desligarse del asunto, con muy poco olfato político comentó que lo que pasó en Valparaíso no va a cambiar el voto de nadie’. Es verdad que pidió disculpas, pero disculpas tardías. Esa presentación fue decidora y no para que unos pocos votos, sino para que muchos se pasaran del Apruebo vertiginosamente al Rechazo”.

Quiero reconocer hoy día el aporte de quienes fueron los verdaderos forjadores del Rechazo. Son muchos y, por eso, si bien algunos de esos nombres tendrán que omitirse… ¡nobleza obliga!

En primer lugar el más decido forjador del Rechazo, no solo en los últimos días sino a través de declaraciones periódicas, es sin duda el presidente del Partido Comunista, Guillermo Teillier.

Apenas horas antes del plebiscito del domingo hizo un llamado a salir a la calle a defender el triunfo del Apruebo”  y agregó que “lderecha va a tratar seguramente de cuestionar el resultado, va a hacer cualquier maniobra (…) Entonces, ese día yo por lo menos creo, soy un convencido, que ya conociendo los primeros resultados del triunfo del Apruebo hay que salir a la calle a defender ese triunfo”.

La declaración caló hondo en quienes si pensaban votar por el Apruebo le dieron el triunfo al Rechazo. Ergo, Teillier igual forjador del Rechazo.

En el aplastante triunfo del Rechazo, tampoco hay que restarle méritos a la señora Elisa Loncón. Muy por el contrario. Al ser la indiscutida protagonista de la primera etapa de la singular Convención Constitucional, hace solo unos días explicó nada menos que en Francia la razón por la cual los ex convencionales habían decidido eliminar el Senado en la propuesta de nueva Constitución: ”El Senado se transformó en una elite casta (…) Se repetían siempre los mismo apellidos y las mismas familias".

En otras declaraciones desde París, con el Sena a sus espaldas, dijo: “Chile vive un proceso de injusticia social intenso, profundo”. Se refirió también, siempre con el río Sena de fondo, a la desigualdad económica, social y comunicacional en que nos encontramos (sic).

Ese proceso de injusticia social intenso, profundo lo experimentamos los contribuyentes, y puedo dar fe de ello, al darse a conocer un WhatsApp de Rayén, su mano derecha en la Convención, en circunstancias que disponía el menú para la señora Loncón:

Para mañana puede ser: pimentón relleno con verduras y queso azul. Carne al jugo con arroz. Pollo al horno con arroz. Miércoles puede ser: arroz saltado con pollo y salsa huancaína. Carne al jugo con puré. Pulpa de cerdo al horno con acompañamiento. Pollo al horno con acompañamiento. Jueves puede ser: Papas rellenas con espinaca. Costillar al horno con acompañamiento. Esto a través del primer proveedor. Y del proveedor de hoy (que pide disculpas por los envases, pero que mañana puede tener envases más grandes) están estas opciones: risotto champiñón o pollo con pimentón asado. Pastas del día con pomodoro o pesto. Pollo a la plancha con verduras salteadas o mix de ensaladas.

Como no quiero parecer resentida, tras un punto aparte prefiero continuar con otro gran forjador del Rechazo: el abogado Fernando Atria. Cada palabra que dijo, en foros televisivos y demases, la forma en que lo sentenciaba (una catarata de premisas), iba sumando votos para el Rechazo. Era una especie de ecuación que podría medirse cuantitativamente así: una palabra suya y un voto menos para el Apruebo.

Tampoco puede ignorarse la revista Time, que dedicó portadas a dos chilenos en menos de un año (una de ellas, a la inefable señora Loncón) sin entender para nada qué ocurre más allá de las fronteras de Estados Unidos. Ese medio periodístico también debe sumarse a los forjadores del Rechazo en Chile.


No me detendré en los Rojas Vade ni en otros personajes menores porque a estas alturas ni siquiera vale la pena recordarlos, pero sí en el espectáculo pornográfico en horario infantil y en presencia de niños, auspiciado por el alcalde de Valparaíso Jorge Sharp. Este, si bien procuró desligarse del asunto, con muy poco olfato político comentó que “lo que pasó en Valparaíso no va a cambiar el voto de nadie”. Es verdad que pidió disculpas, pero disculpas tardías.

Esa presentación fue decidora y no para que unos pocos votos, sino para que muchos se pasaran del Apruebo vertiginosamente al Rechazo.

Hay tanto más. Por ejemplo las designaciones de representantes de Chile en el exterior, el no reconocer lo que significa la dilatación del beneplácito que debe darle un país a la petición de un agrément para nombrar a un embajador en otra nación (como el caso Depolo en Brasil)… en fin.

 

No se puede dejar de lado sino subrayar que el Apruebo aprobaba (estoy consciente de la redundancia) el aborto libre, el no reconocimiento del derecho preferente de los padres a la educación de los hijos, la conculcación de la libertad religiosa, la redistribución de los derechos de agua… en fin.

 

En todo caso tras el plebiscito del domingo Chile ha vuelto a ser una sola nación, como siempre lo había sido. Nada de plurinacionalidades ni cosas raras.

La bandera de Chile –como recordaremos, relegada en medio de un caleidoscopio de excentricidades, al inaugurarse la Convención Constitucional en los jardines de la sede del Congreso en Santiago- seguirá siendo nuestro único pabellón, quizás en gran parte como un patriótico aporte de estos forjadores del Rechazo a los que les debemos, ¿por qué no?, el más sentido de los reconocimientos.

 

Post Scriptum: Por deferencia no me referiré en esta oportunidad ni al Presidente de la República ni a La Moneda.

 

 

Lillian Calm

Periodista

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