HUMOR GRÁFICO

 

Lillian Calm escribe: “No creo que ante esta guerra pueda reaccionarse con una carcajada, a no ser que se esté en el Kremlin. Pero nosotros, a Dios gracias, estamos fuera del Kremlin”.

El tema de esta columna es delicado, delicadísimo. Trata del humor gráfico. ¿Humor en torno a la guerra de Ucrania? Sí. Pero, ¿es que puede existir humor ante el estallido de un conflicto que ha dado para hablar hasta de una eventual Tercera Guerra Mundial? ¿De una guerra nuclear?

Los medios internacionales en estos días han estado plagados de ese humor gráfico y, yo diría, no es un humor cruel ni tampoco que busque provocar risa. Viene a ser más bien una válvula de escape para, a pesar de los pesares, quizás poder al menos lograr sonreír.

Hace unas décadas viajé a Valparaíso a entrevistar a Lukas, es decir, al dibujante Renzo Pecchenino, y hablamos en profundidad sobre este tema:

“Si miramos el diario nos encontramos con una suma de incongruencias humorísticas. Yo podría hablar mucho del humor. Los griegos se referían a los humores interiores en su medicina. De ahí se origina la palabra. Y aunque hayamos desechado esas teorías científicas, todavía hablamos de personas biliosas o sanguíneas para referirnos a distintos estados de ánimo. Los griegos decían que cuando uno de estos humores del cuerpo se desequilibraba, las personas actuaban de manera desequilibrada”.

Y profundizaba:

“Yo diría que la actualidad es una gran secuencia de desequilibrios humorísticos. No siempre tienen que ser cómicos. Pueden ser trágicos. A veces se habla del humor negro o aludimos a gente de mal humor. Es decir, hay humores que no son cómicos. Así yo muchas veces hago un chiste humorístico que no siempre es divertido. Puede no dar ganas de reírse con él Puede no dar ganas de reírse con él, como es el caso de un comentario, aunque produzca una risa interior, Y alguna vez podrá ser una carcajada…”.

No creo que ante esta guerra pueda reaccionarse con una carcajada, a no ser que se esté en el Kremlin. Pero nosotros, a Dios gracias, estamos fuera del Kremlin.

No obstante, a pesar de que en los escenarios que se nos permite visualizar desde Occidente hemos contemplado crudas informaciones estratégicas, geopolíticas, bélicas y humanas (en realidad, de una humanidad que sobrecoge), el humor gráfico no ha dejado de estar presente. En redes sociales y en medios informativos, tanto digitales como en los que aún sobreviven en papel. Ese humor obviamente procura distender, aunque no siempre lo logra.

Incluso hay creaciones criollas, como la que recibí centrada en la figura de un Putin que estudia atentamente un mapa junto a un oficial. El diálogo se centra en nuestra frontera con Bolivia:

Putin: -¿Podemos invadir eso también?

Oficial:- Eso es Colchane; ya está invadido.

Putin: -Ahí entonces no.

Por su parte, el dibujante David Horsey publica en The Seattle Times una escena en que aparece todo un señor, de terno oscuro y corbata, con un porta documentos en que se lee “Diplomáticos occidentales”. Le advierte a un Putin con sombrero cosaco y montado a caballo: “Sir, ya no andamos invadiendo otras naciones. Eso era en el siglo XIX”. Y Putin le responde: “Es que mi país se quedó pegado en el siglo XIX…”.

El londinense The Telegraph destaca el humor gráfico de Matt, quien dibuja un departamento airbnb con vista al mar. Un gran letrero advierte: “No se admiten oligarcas rusos”.

Y otro del mismo dibujante reproduce en pocas líneas las inundaciones del británico río Severn. Un matrimonio se guarece bajo un paraguas sentado, en última instancia, sobre el techo de la casa. El agua ya está por alcanzarlos. El marido le dice a su mujer algo así como: “Contentémonos porque por lo menos no podemos ver los noticiarios”.

Sí, ya que algunas noticias, en tiempos de guerra y sin tiempos de guerra, en ciertos medios informan con características al menos singulares.

Por algo (volvemos Chile) una ilustración muestra a dos figuras ancla de un noticiero televisivo… aludiendo quizás a quienes han minimizado y minimizan todo el rigor sufrido por nuestra plaza Baquedano y la memoria de su general. Se lee textual : “En estos momentos hay manifestaciones pacíficas de Rusia en Ucrania (!)”.

Y para terminar, me hacen sentido unas palabras de Mafalda:

“Si los cobardes que deciden las guerras tuvieran que ir a pelearlas, viviríamos todos en PAZ”.

PAZ con tres letras mayúsculas.

 

 

Lillian Calm

Periodista

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