PAPÁ DEBRAY

 

Lillian Calm escribe: “La historiadora y escritora franco venezolana Laurence Debray es hija nada menos que de Régis Débray, ese francés que tuvo tanta incidencia en el experimento revolucionario latinoamericano de hace unas cinco décadas y, también, en nuestra criolla Unidad Popular. Tal vez convenga recordarlo en este período preelectoral”.

Dos medios europeos ( Paris Match, en París, y revista Hola, en Madrid), adelantan la publicación de un libro sobre el rey emérito de España Juan Carlos I. Más bien se trata de sus confesiones desde Abu Dhabi donde, sabemos, se autoexilió. Pero en esta columna no me voy a referir al monarca que le entregó la corona a su hijo, el actual Felipe VI.

Mi objetivo es la autora de Mon roi déchu (Mi rey caído), libro que acaba de aparecer en francés y se publicará en castellano en abril de 2022. O más que la autora, mi objetivo es el padre de la autora. Pero, ¿por qué?

La historiadora y escritora franco venezolana Laurence Debray es hija nada menos que de Régis Débray, ese francés que tuvo tanta incidencia en el experimento revolucionario latinoamericano de hace unas cinco décadas y, también, en nuestra criolla Unidad Popular. Tal vez convenga recordarlo en este período preelectoral.

Digamos solo que el libro de casi trescientas páginas es el producto de varias conversaciones telefónicas entre la autora y el emérito y, también, de un encuentro personal. Las impresiones del monarca en el exilio van mucho más allá de su estancia en esa ciudad de los Emiratos Árabes Unidos, donde reside desde hace más de un año tras ser investigado por la Fiscalía del Tribunal Supremo español por presuntos negocios irregulares en el extranjero.

Pienso que Régis Debray es un nombre francés que no le suena para nada a nuestra juventud, pero quienes vivimos el Chile de Allende no lo podemos olvidar.

El historiador Gonzalo Vial escribió: “Hemos sufrido demasiado con los ideólogos extranjeros que vienen aquí a aplicar recetas que no aplican en sus propios países; con los teóricos de la revolución, turistas de la izquierda caviar europea o norteamericana, los expertos en Reforma Agraria, los Régis Debray, los Joan Garcés…”.

Ese, precisamente, era Régie Debray. Un teórico de la revolución que estuvo preso en Bolivia tras sus andanzas con el Che Guevara, pero a quien la hija del Che no dejó nada de bien en una entrevista. Sin embargo hoy se lo presenta como un filósofo francés miembro de una familia burguesa adinerada, seguidor del marxista Louis Althusser , amigo de Fidel Castro y del Che Guevara, y muy cercano a Salvador Allende.

Leo en el diario español El País: “En abril de 1967, Régis Debray fue apresado por el Ejército boliviano y condenado a 30 años por su participación en la guerrilla”. Pero sería liberado el 23 de diciembre de 1970 durante el efímero Gobierno altiplánico del general Juan José Torres.

Por su parte Aleida, la hija del Che Guevara, en entrevista a Clarín de Argentina, explicó que la ejecución de su padre guerrillero fue posible porque Régis Debray, conocido entonces con el apodo de Danton y que era integrante de la columna guerrillera del Che en las sierras altiplánicas, le informó al Ejército boliviano de su paradero. “Todo indica que, al caer preso, Debray habló más de la cuenta”, explicó, y agregó que en la sierra Debray “no fue un compañero”.

Estas son solo pinceladas, pero hay una que no puedo dejar pasar.

Medios comunistas o de extrema izquierda ( El Siglo, Punto Final y otros) publicaron una entrevista que Debray le hizo a Salvador Allende cuando este ya había asumido como Presidente de Chile.

Me remito solo a breves preguntas y respuestas de gran actualidad para el Chile de hoy, singularmente transcurrido medio siglo:

Debray: - Aquí sigue intacta la democracia burguesa. Usted tiene el Poder Ejecutivo.

Allende: - Sí.

Debray: - Pero no el Legislativo, el Judicial, ni tampoco el aparato represivo.

Allende: -Tienes razón. ¿Qué dijimos en la campaña electoral? Que si era difícil ganar la elección y no imposible, la etapa entre la victoria y la toma del gobierno iba a ser muy difícil y más difícil todavía era construir, porque nosotros estábamos haciendo un camino nuevo, un camino de Chile para Chile, de los chilenos. Hemos dicho que aprovecharemos aquellos aspectos de la Constitución para abrir paso a la nueva Constitución, la Constitución del pueblo.

Hasta ahí Allende. La historia es cíclica. ¿No resulta esta mera frase -la confesión que Régis Debray extrajo de Salvador Allende- más interesante hoy día para nosotros, los chilenos, que conocer lo que hace mañana a mañana el rey emérito de España en los Emiratos árabes Unidos? Al menos yo, no me pierdo.

 

Lillian Calm

Periodista

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