LA GRAN DERROTA DE BACHELET

 

Lillian Calm escribe: “¿Será que a Michelle ya no le hacen caso? Imposible aún responder esa interrogante. En todo caso Paula era de su grupo más personal, por explicarlo de alguna manera, con quien compartió no solo lides nacionales sino también internacionales. Y era mujer, lo que ha pasado a ser el ideal en estos tiempos…”.

Si hablamos de derrotas, la primera derrotada de la consulta ciudadana del domingo no fue Paula Narváez, apenas una pieza menor en el contexto nacional. La gran derrotada fue Michelle Bachelet, quien ya ha llegado a reinar en ligas internacionales. Si incluso se la visualiza como eventual candidata a la secretaría general de la ONU, una vez claro está que su actual titular, el ex primer ministro portugués António Guterres, quien asumió en enero de 2017, cumpla su segundo mandato, es decir, por allá por 2026. Por lo demás si bien los curriculum vitae de Bachelet y Guterres nada tienen que ver, en lenguaje ONU no son disímiles: Guterres fue Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados; y Bachelet es Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos. Además, ambos son socialistas.

Pero regresemos al ámbito nacional.

Decíamos que no fue de Paula Narváez la gran derrota del domingo. Tampoco del PS, del PPD y compañía limitada, sino de la mismísima Bachelet quien designó, a dedo, a una candidata que nunca prendió (por ponerlo en términos coloquiales) y que por lo demás obtuvo una exigua votación dentro de un también exiguo universo electoral.

Recordemos que fue Bachelet en persona quien desde el extranjero movió los hilos de la marioneta, pasando por encima de los Insulza y los Heraldo Muñoz y los Álvaro Elizalde, estos dos últimos incluso ex ministros de su propio ex gabinete, para imponer el nombre de Narváez botando así en el camino piezas del tablero que se aprontaban a levantar candidaturas presidenciales. Y quizás inhabilitando a quienes realmente podrían haber tenido mejores opciones. Agreguemos que con esto lo más seguro es que a esos nombres ya se les va a pasar su cuarto de hora.

Fue el Día de los Inocentes del año pasado. Los medios informaron que Bachelet había firmado una misiva en que refrendaba la candidatura presidencial de Narváez, su ex ministra y vocera (y quien había trabajado muy cerca de ella en la ONU), dejando así muy en claro que esa era su opción. Y punto.

¿Pero por qué en la consulta ciudadana de Unidad Constituyente (que a las pocas horas pasó a llamarse Nuevo Pacto Social), Narváez obtuvo tan exigua votación?

¿Será que a Michelle ya no le hacen caso?

Imposible aún responder esa interrogante.

En todo caso Paula era de su grupo más personal, por explicarlo de alguna manera. Y era mujer, lo que ha pasado a ser el ideal en estos tiempos, claro que sin suponer que la iba a derrotar otra mujer perteneciente al sector de la extrema izquierda de la Democracia Cristiana (por decirlo también así), y casi mas afín al candidato Gabriel Boric que a la misma Narváez.

A Bachelet le tiene que haber caído especialmente mal esta derrota cuando no atraviesa por su mejor momento e, incluso, está siendo cuestionada. Uno de sus principales escollos se llama Cuba.

Recordemos que tras el último estallido social (no el de la Plaza Italia, sino el del Caribe), fue interpelada por el chileno José Miguel Vivanco, director de la División de las Américas de Human Rights Watch, quien apuntó: “Michelle Bachelet no se ha pronunciado sobre violaciones de derechos humanos en Cuba desde que asumió como Alta Comisionada de Naciones Unidas para Derechos Humanos. ¿Romperá el silencio ahora que el régimen está reprimiendo la manifestación más importante en el país en décadas?”.

Solo cinco días después del estallido isleño, un comunicado de la ONU contenía una declaración suya ya superada por los acontecimientos: “Estoy muy preocupada por el presunto uso excesivo de la fuerza en contra de manifestantes en Cuba y el arresto de un gran número de personas, entre ellas varios periodistas”.

Agregó volviendo a usar el término presunto: “Es especialmente preocupante que entre ellas haya personas presuntamente incomunicadas y personas cuyo paradero se desconoce. Todas las personas detenidas por ejercer sus derechos deben ser liberadas urgentemente”. 

También pidió que  se restableciera en forma plena el acceso a internet y a las redes sociales, cercenado en la isla.

 

Difícil trance para ella porque no hay sino que recordar la ilusión que le hace la revolución cubana. Hay una imagen que no puedo olvidar: Michelle Bachelet siendo Presidenta de Chile salió alegremente y sin tapujos de una ceremonia en La Habana, casi saltando como niña, cuando le avisaron que Fidel Castro la esperaba.

 

Me aseguran que existirían otros flancos que amenazarían a Bachelet, pero de eso no puedo decir nada por ahora porque no me constan.

 

 

Lillian Calm

Periodista

Entradas populares de este blog

AL LEER EL ALLENDE DE DANIEL MANSUY

LA ZAGA DE NILAHUE… Y TAMBIÉN DE LOS BARAONA

EL “HIPERCONECTADOS” DE UN HIPERCONECTADO