ANTI HOMENAJE AL CONGRESO NACIONAL

 

Lillian Calm escribe: “El fin era trabajar un día menos (a pesar de que faltaba muy poco, apenas una semana, para trabajar ese día menos), y darle así a los chilenos unas precipitadas y apresuradas veinticuatro horas de descanso. Una pregunta: ¿qué haríamos si los médicos, junto a todo el personal sanitario, se tomaran ese día -total, están en su derecho porque es feriado legal- y dejaran botadas urgencias y unidades de cuidados intensivos?”.

Me ha dejado más que boquiabierta la eficacia de nuestro Congreso Nacional. De nuestro segundo poder del Estado. Qué celeridad, disposición y unidad de criterios demostraron todos los parlamentarios, desde la A hasta la Z, para aprobar en menos de un santiamén un nuevo feriado legal. Si ni siquiera tuvieron problema para ponerse de acuerdo con el Gobierno, frente al que suelen mostrarse tan esquivos.

Todo fue en un clima de unidad: no les importó para nada la debacle económica y menos aún vivir agudos momentos de pandemia (¿sabrán que hay pandemia?).

El fin era trabajar un día menos (a pesar de que faltaba muy poco, apenas una semana, para trabajar ese día menos), y darle así a los chilenos unas precipitadas y apresuradas veinticuatro horas de descanso. Una pregunta: ¿qué haríamos si los médicos, junto a todo el personal sanitario, se tomaran ese día -total, están en su derecho porque es feriado legal- y dejaran botadas urgencias y unidades de cuidados intensivos? Me parece, por lo demás, que son ellos quienes verdaderamente merecen descansar.

Y no me estoy refiriendo en ningún caso al Colegio Médico, que se esmera -supongo que no será por razones ideológicas- en llevar la contra en todo. Estoy pensando en los médicos que están ahí junto al enfermo. Al enfermo de Covid pero también de cualquier otra patología (por ejemplo, oncológica), que desgraciadamente se ha visto postergado … en aras de este nuevo y repentino feriado legal. El número 17 del año.

Un aplauso para el Congreso Nacional, porque a pesar de la inercia que demuestra día tras día ha dejado en evidencia que sus honorables saben y pueden realizar un trámite exprés, como ha sido denominado, y ello les ha permitido la paralización total del país por un día más, sumándose a la paralización ya decretada en aras de la pandemia. Un logro. Si se hace una encuesta y se le pregunta al chileno qué prefiere: si día laboral o feriado legal, la respuesta será unánime.

Por eso agradezcámosles a los honorables señores parlamentarios que hayan demostrado tanta celeridad en su cometido. Se advierte que son personas capaces de tramitar leyes y que solo los mal intencionados pueden comparar con un circo en llamas, nuestro también honorable Congreso Nacional.

Cómo voy a pensar que los parlamentarios no entienden de economía, de Imacec, de perspectivas de crecimiento y de tantos otros índices que, claro está, a tantos chilenos dejan solo indiferentes.

La meta parece ser que Chile llegue a ser campeón entre sus pares en materia de días feriados… y de paso de holgazanería. Con un nuevo día feriado legal subimos en el ranking: ahora ya somos los novenos en el mundo en número de días feriados.

Por mi parte estoy convencida de que no es un índice para alegrarse, sino más bien para llorar a gritos, precisamente cuando bajamos seis puestos en el ranking de Competitividad Mundial 2021, logrando nuestro peor registro.

Y si el Congreso cree que tiene una deuda con los pueblos originarios, que estudie cómo saldarla pero que no paralice a todo un país que lo que verdaderamente necesita hoy día es, de una vez por todas, saber ponerse de pie.

 

Lillian Calm

Periodista

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