PANTALONES LARGOS

 

Lillian Calm escribe: “Tras el asesinato se dijo mucho. Casi no hubo autoridad que no hablara, pero después del funeral, y como es lógico y suele suceder, la efervescencia del primer impacto se ha ido apagando. Ha habido otras noticias, demasiadas noticias, y la muerte del carabinero ya es pretérito”.

El viernes pasado mi celular se colmó de Whatsapps. Me llamó especialmente la atención uno de fondo muy verde. Decía:

“Hoy asesinan a otro mapuche en la Araucanía, pero no habrá protestas ni marchas ni derechos humanos… Porque vestía de verde”.

Y fue tal cual.

Dura realidad. Un carabinero, otro más, asesinado con armamento de dudosa procedencia. Por más que se investigue son hechos que suelen quedar en la sombra. Pero no era solo otro carabinero más. Tenía su individualidad.

Eugenio Sebastián Nain Caniumil poseía su propia circunstancia. De padre y madre mapuches, de actuales 24 años, muy joven había decidido ser carabinero. Formó una familia, se había casado al ascender, tenía dos hijos -Ulises de seis años y Trinidad, de solo meses-, y por supuesto contaba con sus ilusiones, sus proyectos…

A mí quizás lo que más me impresionó al ver su fotografía fue encontrarme con una mirada tan limpia.

Tras el asesinato se dijo mucho. Casi no hubo autoridad que no hablara, pero después del funeral, y como es lógico y suele suceder, la efervescencia del primer impacto se ha ido apagando. Ha habido otras noticias, demasiadas noticias, y la muerte del carabinero ya es pretérito.

Me acordé de esos versos del poeta chileno Carlos Pezoa Véliz. “Tras la paletada, nadie dijo nada, nadie dijo nada”.

Porque decir algo a estas alturas quizás no sea necesario; lo que hay que hacer es tomar resoluciones. Además de preocuparse de esa familia, darle a Carabineros lo que la institución requiere para ser los Carabineros de siempre. Pero todo se atasca en el famoso Congreso… y esos hombres, uniformados, siguen viviendo en la indefensión y en Chile se los vitupera por los excesos y delitos de algunos que también han vestido uniforme pero que han traicionado a la institución. Y al país.

“Tras la paletada, nadie dijo nada, nadie dijo nada”.

Por mi parte, después de haber oído y leído tanto, me quedo con las palabras de un diputado joven: Diego Schalper, de Renovación Nacional. Da lo mismo que sea de RN o de otro partido cualquiera. Lo importante es que es joven y eso nos da una esperanza; que quizás los parlamentarios del futuro, los políticos del futuro, no sean como los de ahora.

Schalper detuvo su camioneta camino a Rengo cuando iba a recorrer su distrito solo momentos después de conocerse el asesinato y, dolido de veras, grabó un video con algunas palabras que alcancé a retener:

“Estoy profundamente frustrado, profundamente enrabiado, estoy con profunda pena porque… cuántos más tienen que sufrir (…) Hasta cuando no tendrán capacidad de defenderse, los carabineros… Las que recibió eran casi balas de guerra. Basta de condenas morales y condenas por Twitter”.

Y continuó:

“Aquí todos mandamos condolencias y… qué sacamos con enviar condolencias, con ir a la zona. Lo que necesitamos es prestarle ropa en el Congreso a la ley de modernización. Estoy cabreado de que miremos para el techo y que como Gobierno no seamos capaces de prestarle respaldo político a Carabineros. Sucumbimos ante las consignas de aquellos que no distinguen entre el legítimo uso de la fuerza para repeler la violencia asesina… respecto de algunos pocos que quizás se corren para el lado… Esos tendrán que ser juzgados”.

Enfatizó:

“Pero la inmensa mayoría de los carabineros de Chile salen a ponerle el pechito a las balas para que usted y yo podamos dormir en paz en nuestra casas. O empezamos a prestarle respaldo político a carabineros o no sé dónde vamos a terminar. Don Eugenio Nain, víctima del terrorismo que tienen ahí instalado en la Araucanía, fallece y nosotros no podemos seguir adelante como si fuera un caso más. Ya está bueno. Un teniente de la zona me llama desesperado: ‘Diputado, por favor, nos hacen m… los cuarteles y no podemos salir a defendernos’. Cuándo recuperaremos el sentido común en el país”.

Continuó emocionado:

“Los carabineros no saben si van a poder volver con vida a su casa en la noche. Y en el caso de don Eugenio Nain, padre de dos hijos pequeños, hoy no va a poder volver a su casa. Basta de condenas morales. Lo que es necesario es que nos pongamos los pantalones largos y que le repongamos sus capacidades de defensa a Carabineros”.

Al diputado Diego Schalper, cuyas palabras destaco, no lo conozco ni de vista. Solo espero que siga integrando el Congreso.

Por mi parte pienso que para ponerse pantalones largos, como él suplica, primero hay que tenerlos. La verdad, no creo que se carezca de pantalones largos, pero como dicen tan bien los españoles… “a por ellos”.

 

Lillian Calm

Periodista

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