CUANDO ENTREVISTÉ AL DIRIGENTE CAMIONERO LEÓN VILARÍN

 

Lillian Calm escribe: “De inmediato se me vino a la mente una entrevista que le hice hace casi cincuenta años al líder gremial León Vilarín, entonces presidente de la Confederación Nacional de Dueños de Camiones, y no descansé hasta encontrarla. La situación era muy diferente a la de hoy; más bien, nada tienen que ver pero refleja el inmenso poder que tienen los camioneros al detener sus vehículos aunque sea en la berma”.

Más que preocupada quedé tras oír atentamente una serie de entrevistas a dirigentes de los camioneros. Sobre todo, las de los camioneros del sur. La situación del gremio no es solo incierta; es gravísima. Al saldo de camiones incendiados, ahora se suman los disparos dirigidos directamente a un blanco muy específico: la cabina de un camión, donde viajaba, junto a miembros de su familia, una niña de tan solo nueve años. Montserrat quedó herida y debió ser operada de urgencia para extraerle el proyectil. Ese proyectil no era un perdigón, como se procuró hacer aparecer en un principio.  Era una bala calibre 22.

En esas entrevistas radiales los dirigentes anunciaron un paro para el jueves. Hoy es ese jueves.

Un paro de camioneros no es menor. Uno de los dirigente culpó de la situación a todos los poderes del Estado, Ejecutivo, Legislativo y Judicial, por la falta de seguridad imperante en el país y de (a diferencia de lo que hemos visto recientemente con otras iniciativas legales) celeridad del Congreso en dar curso a proyectos presentados. Incluso se quejó de que una carta enviada al Presidente de la República, a pesar de la situación límite, había sido respondida por un jefe de gabinete.

“A contar del día jueves -dijo José Villagrán, presidente de la Federación de Camioneros del Sur-, los camioneros nos vamos a estacionar en las bermas y no vamos a trasladar los productos, porque este Gobierno lamentablemente no ha hecho nada para restablecer el estado de derecho que no existe en el sur de Chile y parte del país”. Y sentenció: “Ni un camión va a trabajar desde Arica a Punta Arenas a partir del jueves”.

De inmediato se me vino a la mente una entrevista que le hice hace casi cincuenta años al líder gremial León Vilarín, entonces presidente de la Confederación Nacional de Dueños de Camiones, y no descansé hasta encontrarla. La situación era muy diferente a la de hoy; más bien, nada tienen que ver pero refleja el inmenso poder que tienen los camioneros al detener sus vehículos aunque sea en la berma.

Hago un poco de historia: el paro de 1972 finalizó con el nombramiento, de parte del entonces mandatario Salvador Allende, de ministros que pertenecían a las Fuerzas Armadas: así, el comandante en jefe del Ejército, Carlos Prats, asumió la cartera de Interior.

La principal figura de ese paro de octubre había sido precisamente mi entrevistado, León Vilarín, pero terminado el paro no se quedó callado. A la cabeza del Comando de Acción Gremial hizo nuevas denuncias.

En ese entonces le pregunté cómo veía la situación en relación con la que existía antes del paro. Me respondió:

-La veo mucho más grave que antes del paro; pienso sí que para conversar de un nuevo paro primero debemos llamar a una reunión nacional para dar cuenta de todos los esfuerzos que hemos hecho ante las autoridades para resolver los problemas que motivaron el paro (en ese entonces era incluso la falta de repuestos requeridos para que un camión se pusiera en marcha). Si cuando nos reunamos los problemas están en el mismo grado de falta de solución que ahora, incuestionablemente el gremio va a tomar una resolución. Yo no podría decir cuál, pero es fácil suponer cuál va a ser la actitud del gremio.

Y sentenció:

-En este momento tenemos dos posibilidades: o perderlo todo porque el Estado absorba nuestra actividad o paralizar por falta de repuestos, neumáticos y elementos fundamentales para que el camión camine. En ese caso nos queda la alternativa de paralizar antes para que el Gobierno se dé cuenta una vez más de qué funciones el camión cumple en Chile.

-A su juicio, ¿el general Prats está cumpliendo con las garantías que se otorgaron?

(Cómo íbamos a imaginar entonces que el general Prats y Sofía Cuthbert de Prats serían asesinados en un brutal atentado perpetrado en Buenos Aires, en septiembre de 1974).

-Esta pregunta es muy buena y oportuna: pienso que el general Prats es una persona que asumió gravísimas responsabilidades en este país en un momento en que estábamos al borde de la crisis más grave que ha tenido Chile, considero sin exagerar, desde que se inició la Guerra del ’91. Naturalmente él es un soldado; tiene un concepto del mando. Se encontró con un país y una administración pública desquiciados y en parte corrompidos. Naturalmente le ha sido muy difícil el desempeño de su misión. Creo, no obstante, que él tiene todavía una función muy importante que cumplir, fundamentalmente porque representa como soldado una rama de las Fuerzas Armadas de Chile cuyo prestigio nadie tiene derecho a poner en juego ni en duda, y mucho menos yo.

-¿Usted volvería a llegar a un acuerdo con el Gobierno?

-Naturalmente que sí. Como dirigentes debemos vivir en función de perseguir acuerdos con las autoridades, que nos conduzcan a la solución de los problemas.

 

Así concluyó mi entrevista de hace medio siglo.

 

 

Lillian Calm

Periodista

27-08-2020

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