EL ZARANDEADO COLÓN

 

Lillian Calm escribe: “No voy a caer en comparaciones con el estallido social desatado en Chile y que tuvo como pato de la boda al general Manuel Baquedano entre otros, y donde se desplegaron enseñas que no eran nacionales y que ahora han reaparecido en estas protestas foráneas. El lector entiende y no hay ni siquiera que especificar”.

Me preocupa Cristóbal Colón y ¿cómo no me va a preocupar si descubrió nuestro continente en el siglo XV y ahora, en pleno 2020, sus estatuas son decapitadas, botadas al suelo, tiradas a un río?

 ¿Quiénes están detrás de ese revisionismo histórico impulsado para abatir los vestigios de un pasado que nos pertenece a todos? Huelga la respuesta.

No voy a caer en comparaciones con el estallido social desatado en Chile y que tuvo como pato de la boda al general Manuel Baquedano entre otros, y donde se desplegaron enseñas que no eran nacionales y que ahora han reaparecido en estas protestas foráneas. El lector entiende y no hay ni siquiera que especificar.

En esta oportunidad quiero detenerme en Cristóbal Colón precisamente por su igual calidad de pato de la boda.

Cada cierto tiempo y con reiteración, el descubridor es motivo de absurdas y hasta legendarias polémicas: sobre su mal trato a los nativos, su dominio a los indígenas, su dudoso origen, en fin. Y ahora aparece -es lo que puede deducirse-  como el responsable directo de la penosa muerte de George Perry Floyd, el estadounidense de color a quien policías locales trataron de arrestar con métodos indebidos cuando él aparentemente habría pagado veinte dólares con dinero falso.

Rechazamos, como tantas otras acciones violentas, esa muerte producida en Mineápolis y que dinamitó un estallido social no solo en otros estados de la Unión, sino incluso en países ajenos y diversos.

Pero lo que me preocupa ahora es Colón. Cada cierto tiempo durante mi carrera periodística me han pauteado algún tema relacionado con él. Por ejemplo, las conmemoraciones del 12 de octubre, que en España es la fiesta nacional y el Día de la Hispanidad (antes de la Raza), en tanto que Estados Unidos celebra el Columbus Day.

Leo que en Venezuela fue Hugo Chávez quien movido por su populismo anti-hispánico cambió de denominación e instituyó el Día de la Resistencia Indígena. Pero eso no fue todo: además determinó que se sustituyeran las estatuas de Cristóbal Colón por las del cacique Guaicaipuro, aunque la de don Cristóbal que estaba en Caracas alcanzó a ser derribada y vandalizada. Dicen que hasta Chávez se escandalizó.

Tuve que recurrir a Wikipedia para interiorizarme de quién era ese personaje digno de reemplazar al descubridor. Y aquí me pierdo: dice por una parte que Guaicaipuro es un personaje novelesco, pero también parece ser de carne y hueso. Me quedo con esta última versión que lo sindica en el siglo XVI como jefe de la Confederación Indígena Guapotori que resistió a los españoles y su imagen estaría en el billete de 2.000 bolívares, esos que se desvalorizan minuto a minuto (no me atrevo a hacer la conversión).

Pero el nombre de Colón, aun derribadas sus imágenes, siempre sigue denominando calles, plazas, todo.

En 2001 también escribí sobre el personaje, pues el periodista italiano Ruggero Marino había declarado a la revista Oggi que Colón llegó a América en 1485 y que el de 1492, que conmemoramos como el del descubrimiento, sería un segundo viaje. Otra falsedad.

Entonces me remití a una de las personas que mejor conocía ese período: la académica de la Historia y por treinta años profesora de la Universidad de Chile, Regina Claro (su cátedra era precisamente Historia de Hispanoamérica). Con humor me respondió.

-Estaríamos todos falando portugués. Si Colón hubiera descubierto América siete años antes, no me cabe la menor duda de que se la habría entregado a Portugal. No nos olvidemos que él había sido casado con portuguesa. Por otra parte tendríamos que preguntar: ¿con qué barcos habría viajado?

Me precisó que Colón en España “insistió e insistió” para que lo apoyaran y que fue decisivo que el 1 o 2 de enero de 1492 cayera Granada, la última posesión musulmana.

-Él estaba en las afueras de la ciudad, en el campamento  de Santa Fe, con los Reyes Católicos. Estos, en cuanto cayó Granada, pudieron dar vuelta su mirada hacia el proyecto de Colón porque ya habían cumplido con su misión.

Pienso: qué bien nos haría en estos días de pandemia, de confinamiento, dejar un poco, solo un poco, otras entretenciones o el mismo aburrimiento, y dedicarnos a repasar las páginas de nuestra historia.

Y ello aunque las cabezas de los principales protagonistas rueden y rueden por el suelo.

 

Lillian Calm

Periodista


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